sábado, 16 de noviembre de 2013

Siempre habrá inmuebles vacíos…

Siempre habrá inmuebles vacíos…

Un inmueble desocupado constituye un costoso desperdicio que no se debe prolongar en el tiempo. No considere sólo lo que deja de ganar; tenga en cuenta lo que debe seguir pagando mes por mes. El tiempo siempre va en contra de quien no actúa: no permita que la desconfianza le salga cara.

Para los propietarios de inmuebles que dependen de los arrendamientos, la decisión de arrendar o vender constituye un juego de balance de riesgos. ¿Puedo garantizar la solvencia del arrendatario? ¿Mi inmueble quedará en manos de personas que lo mantengan adecuadamente? Sin el apoyo de un corredor inmobiliario experto, y especialmente si se trata de arriendos para vivienda familiar, la decisión de cerrar el negocio se pospone por razones de orden emocional, dejando de lado la necesidad financiera. Una cosa es que “no me gusten esas personas” y otra cosa es que no sean solventes y cumplidos con los pagos, ordenados y cuidadosos con el uso del bien, y en general buenos arrendatarios. Lo mismo ocurre con quienes necesitan con urgencia vender su propiedad, y no se deciden a actuar por desconfianza: las decisiones económicas basadas en impulsos emocionales, preconcepciones sociales o temor injustificado siempre serán perjudiciales.

“Prefiero dejar la casa desocupada hasta que aparezca alguien que me guste” es una frase que no debiera escucharse, pues constituye más una expresión de falta de sentido común financiero que una manifestación sería de ese cálculo de riesgo que es natural a los negocios en general. Por una parte, nadie puede predecir con certeza el curso de los eventos futuros en un negocio, y por otra, siempre existen los riesgos reales relacionados con la solvencia, el lavado de activos o las actividades ilícitas, pero la mayoría de los peligros serios son previsibles y por tanto evitables. Entretanto, la cruda realidad es que el pago de los impuestos, de los servicios, y del mantenimiento del inmueble no se detiene por que los dueños no hayan encontrado a “las personas que les gustan”. Al sumar todas esas erogaciones inevitables, podemos estar hablando de una cifra superior a dos cánones completos de arrendamiento al año. Contratar los servicios de los profesionales de bienes raíces puede valer menos que eso.

Entre las muchas ventajas de arrendar a través de una compañía inmobiliaria está el estudio que los corredores hacen del cliente, el cual, al completarse la negociación se puede traducir en la toma del seguro de arrendamiento. De forma análoga, al vender o comprar a través de buenos corredores, el negocio tendrá un sólido respaldo gracias a los estudios de títulos y las verificaciones legales que ellos hagan sobre lavado de activos u otros ilícitos.


Fuente: Viva Real

No hay comentarios:

Publicar un comentario