Publicado por JOHN CERÓN para EL TIEMPO el 24 de octubre de 2016
¿Está lista Bogotá para tener conjuntos de vivienda sin parqueaderos?
La Administración quiere lograr que no sea necesario el carro particular. Hablan expertos.
Después del anuncio del alcalde Enrique Peñalosa de dejar en libertad a las constructoras de hacer o no estacionamientos para carros en los conjuntos residenciales, constructores y expertos se han pronunciado al respecto y quedan dudas sobre si es viable o no este proyecto.
Según el secretario de Planeación Distrital, Andrés Ortiz, lo que se busca es dar un primer paso, sin que esto cambie la reglamentación que obliga a las constructoras a crear un mínimo exigido de parqueaderos por viviendas que se construyan.
En el mundo, ya se ha puesto en marcha este tipo de restricciones. Un ejemplo es Portland (Estados Unidos). Allí, desde 1997, se implementaron requerimientos máximos y mínimos para gestionar los espacios donde se construirían los nuevos estacionamientos. Esto bajo un código que establecía limitar los lugares permitidos y promover un uso eficiente del suelo, incentivar el uso de transportes alternativos y mejorar las condiciones del medioambiente.
Hoy en Bogotá hay matriculados cerca de 1’500.000 carros particulares, según datos de la Secretaría de Movilidad. EL TIEMPO consultó a expertos para responder si la ciudad está preparada en materia de movilidad para afrontar la medida.
Cifras de Fenalco indican que en la capital se venden alrededor de 100.000 carros al año. A esto se suma que dentro de las características que más buscan los ciudadanos a la hora de adquirir vivienda, es que esta tenga parqueadero.
Daniel Páez, profesor de la Universidad de los Andes y director del Grupo de Estudios en Sostenibilidad Urbana y Regional, afirmó que la propuesta “sí es factible porque está dentro de las facultades del alcalde hacer cambios en el ordenamiento y el uso del suelo”.
Agregó que esta medida lo que pretende es que las personas utilicen un modo diferente para transportarse.
Aunque la norma buscaría reducir los índices de uso y compra de automotores, el experto en infraestructura y transporte Miguel Ángel Ospina prevé que esta medida no tendría un gran impacto en la disminución de esos índices, puesto que implica un ejercicio de cultura ciudadana.
“Definitivamente no creo en ello porque cuando a los humanos nos exigen algo, automáticamente comenzamos a hacer lo contrario. Segundo, las personas siempre buscamos un mejor bienestar, es decir, en la medida que los usuarios tengan un sistema de transporte que les brinde mayor satisfacción, los ciudadanos están propensos a usar otras alternativas, de lo contrario buscarán un plan B o C”.
Hoy en Bogotá el Sistema Integrado de Transporte Público (SITP) no está implementado en su totalidad y aún se ven buses del transporte público colectivo recorriendo las calles. A esto se suma la sobreutilización por parte de los usuarios de TransMilenio y las pocas troncales que se han construido desde hace 15 años. Esto, según los entendidos en el tema, ha hecho que en la última década el número de motos crezca en un 1.000 por ciento, al pasar de 40.000 a más de 450.000.
Al respecto, Daniel Páez aseguró que para mejorar esa situación en Bogotá, lo que se debe hacer es arreglar el SITP, invertir en más ciclorrutas y en mejorar el paso peatonal. “La medida que proponen no tiene un alcance a corto plazo, y si lo tiene sería en un espacio nominal, porque serían muy pocos los proyectos que van a tener una significancia”, aseguró Páez.
En este ítem concuerda Martha Moreno, presidenta de Camacol, quien asegura que la Administración debe apostarle a la eficiencia del transporte, a un sistema vial que reduzca los tiempos de desplazamiento y a un cambio de conductas ciudadanas.
“La construcción de andenes amplios, comercio de primer piso, todas las troncales de TransMilenio faltantes, la primera línea del metro y la red vial arterial faltante son determinantes para cumplir este cometido”, aseguró Moreno.
Una de las grandes apuestas en esta administración es hacer la primera línea del metro que iría del suroccidente al norte de la ciudad y sería alimentada por futuras troncales de TransMilenio, entre ellas la de las avenidas 68, Boyacá y Caracas, todas con ciclorrutas. Uno de los objetivos es que los ciudadanos tengan a menos de 800 metros de sus viviendas una estación de transporte.
TERMINA DE LEER EL ARTICULO EN FUENTE ORIGINAL: www.eltiempo.com/
No hay comentarios:
Publicar un comentario